semana XXVIII del tiempo ordinario
Hermanas y hermanos, la grandeza de una opción, el tema central de las lecturas de este domingo es la opción. La grandeza y al mismo tiempo toda la responsabilidad de ser humanos depende de esa palabra: opción; optar.
Por otra parte, es obvio que no todas las opciones tiene idéntico peso. Optar por salir al parque o ir a ver el partido de fútbol es algo relativamente trivial. Optar por una carrera profesional o por otra es algo más serio. Y así podemos pensar que hay una jerarquía de opciones en la vida, y que eventualmente uno toma alguna opción que podemos llamar “fundamental”.
Opciones fundamentales; La opción fundamental de algún modo es la escogencia radical que hacemos para darle una forma específica a nuestra vida. Así por ejemplo, en la primera lectura de hoy encontramos a alguien, que según el relato es Salomón, que ha hecho una opción radical por algo maravilloso que es la sabiduría. No un asunto de amontonar conocimientos o teorías, sino un modo de vida; una opción fundamental, que en este caso ha traído una inmensa felicidad a Salomón.
Ahora bien, Cristo se presenta en el evangelio como la gran opción, como la opción fundamental, y ciertamente no acepta ser menos que eso. Hay una especie de intransigencia de Cristo que nos confronta con lo más radical de nuestro ser y nos empuja a decidirnos por él o sin él.
Esta “intransigencia” del Señor no es capricho. En él, en Cristo, Dios se está dando a sí mismo. Como dirían siglos después Santa Catalina de Siena o San Juan de la Cruz: “más no nos podía dar”. Por eso el rechazo a Cristo es una opción que configura todo en la vida de una persona; y por eso también la acogida de la persona y el mensaje de Jesús toca todo en la vida del creyente. Por lo tanto cada uno debemos tomar la mejor opción, y bueno seria dejandonos iluminar por la sabiduria de Dios para que asi, podamos estar llenos de bendiciones y gracias.
Feliz y bendecida semana