Semana XXX del tiempo ordinario
Hermanas y hermanos, hay dos palabras que son centrales en la vida cristiana y en el evangelio de Lucas: oración y humildad. La idea central es clara: los orantes han de ser humildes y los humildes entienden mejor y más pronto qué es la oración. Puesto que la Biblia habla de Dios como el Altísimo, puede causar desconcierto que tenga tantas predilecciones con los pequeños y humildes. ¿Por qué sucede así? ¿Es acaso porque los pequeños son ignorantes, más crédulos, cobardes o necesitados de imaginar que alguien los cuida? Estas preguntas de tono casi blasfemo han sido formuladas de hecho. Casi siempre los ateos explican la presencia social de la religión acudiendo a este tipo de análisis.
En realidad, tales especulaciones pecan por imaginar a un Dios a nuestra imagen y semejanza, o mejor: a imagen y semejanza de lo que somos cuando el egoísmo, la vanidad y la codicia priman en nosotros. Si miramos en cambio lo que somos los seres humanos cuando no nos dejamos guiar por esos desvíos encontramos que todo gobernante sabio se ocupa de modo preferencial de los desvalidos, pues al fin y al cabo los fuertes pueden defenderse mejor a sí mismos. ¿No hará lo mismo el que rige sobre las naciones y es rey del universo entero?
Además, no hay nada que enceguezca tanto al corazón y lo prepare para la incredulidad como la soberbia. Es propio de la soberbia creerse autosuficiente porque reconocer que uno necesita ayuda y que no se basta a sí mismo es contrario al espíritu soberbio. Como es natural, la soberbia impide orar, o por lo menos impide que la oración sea genuina. Es el caso que se nos presenta en el fariseo del evangelio. La primera lectura de hoy nos habla de un poder aún mayor: “La oración del humilde atraviesa las nubes y no se detiene hasta alcanzar su destino.” Nadie cree que haya tanto poder en aquellos que el mundo más desprecia pero es así. El gran orante es Cristo Jesús y nunca fue tan despreciado como en la hora de la Cruz. Pues bien, allí él es el humilde entre los humildes y su plegaria de redención a atravesado las nubes y ha logrado redención y vida para todos los que creemos en él y confesamos su santo Nombre.
Feliz y bendecida semana.
